"¿Es importante el lenguaje para fomentar cambios positivos en la sociedad?", de Lara Nim (psicóloga)

Existe una compleja interacción recíproca entre nuestro uso cotidiano del lenguaje y los fenómenos sociales. Por un lado, el lenguaje refleja la sociedad. Al mismo tiempo, tiene el poder de moldear nuestra percepción de los problemas sociales. ¿Es posible, por tanto, utilizar este poder para abordar los problemas sociales? El lenguaje inclusivo puede servir de ejemplo. 


   • El lenguaje como reflejo de la sociedad 

El lenguaje es un reflejo de nuestra sociedad. Por eso, el uso del lenguaje también hace visibles los agravios. Es el caso del masculino genérico. Existe una asimetría en el lenguaje: mientras que en muchas lenguas (por ejemplo, en español, francés o alemán) las formas masculinas se utilizan para referirse a personas de todos los géneros, la forma femenina sólo se utiliza para referirse explícitamente a las mujeres. También socialmente se sigue equiparando a menudo la humanidad con el género masculino. Este fenómeno se llama androcentrismo. Un punto queda especialmente claro al examinar la investigación sobre el masculino genérico. No sólo existe una conexión entre los fenómenos sociales y el lenguaje, sino también entre la cognición y el lenguaje. Los procesos cognitivos que se producen simultáneamente al procesamiento de determinadas formas de lenguaje pueden explicar a menudo la conexión entre el lenguaje y los fenómenos sociales.  


   • Conexión entre lenguaje y cognición

Muchos hallazgos científicos indican que cuando se utiliza el masculino genérico, no sólo se ignora a las mujeres desde el punto de vista lingüístico, sino también cognitivo. Cuando se pregunta a la gente por su "escritor favorito" o su "músico favorito", es menos probable que nombren a una persona de sexo femenino. Incluso si la intención es incluir también a las mujeres en el uso equitativo de la forma masculina, de facto se las tiene menos en cuenta. Metafóricamente hablando, el lenguaje funciona como una lente ante el ojo de la mente que moldea la percepción del entorno. Al leer un enunciado en masculino genérico, es menos probable que imaginemos a las mujeres. 

Diversos movimientos feministas se refieren al masculino genérico como síntoma y fuente de un androcentrismo fundamental. La designación como "fuente" implica que el uso de la forma asimétrica del lenguaje repercute en la percepción social desigual de hombres y mujeres. La designación como "síntoma", en cambio, sugiere un efecto en la otra dirección: en ese caso, el agravio social afecta al lenguaje. Como suele ocurrir en psicología, se plantea la cuestión de la dirección de la interacción. En ciencia, la mayoría asume que existen complejas interacciones recíprocas entre el lenguaje y los fenómenos sociales. Esta constatación abre un espacio para la acción: En la red del lenguaje y la sociedad, es posible utilizar el lenguaje para promover cambios positivos. Esto puede ejemplificarse utilizando el lenguaje inclusivo. 


   • El lenguaje como herramienta de intervención social 

Existen numerosas pruebas científicas de que el uso de un lenguaje inclusivo reduce la exclusión mental de las mujeres, provocada por el masculino genérico. En el experimento antes mencionado, cuando los investigadores preguntaban " músic@ favorit@" en lugar de "músico favorito", se nombraba con más frecuencia a las mujeres. La mayor inclusión cognitiva de las mujeres también se observa en otros contextos. En un experimento, los investigadores presentaron ocupaciones a escolares. Variaron si éstas se mostraban en masculino genérico o en una forma inclusiva. Los niños del grupo de lenguaje inclusivo valoraron más positivamente el éxito de las mujeres en profesiones estereotípicamente masculinas. Además, las niñas mostraron un mayor interés por la posibilidad de ejercer ellas mismas la ocupación estereotípicamente masculina. En otro experimento, los sujetos también consideraron que las mujeres eran significativamente más aptas para un trabajo estereotipado masculino en la simulación de una situación de contratación si el trabajo se describía en términos de igualdad de género en el anuncio de empleo. 

Es una idea importante de la que debemos ser conscientes: El lenguaje que utilizamos tiene poder. Moldea nuestra percepción y nuestra realidad. Pero, ¿qué se desprende de este conocimiento? Deberíamos adoptar un enfoque reflexivo del lenguaje. Decidir conscientemente qué palabras elegimos. Al mismo tiempo, el lenguaje es una oportunidad precisamente por su poder. Si cambiamos el lenguaje, esto puede, en última instancia, promover cambios positivos en la sociedad. 


Bibliografía:

Sczesny, S., Formanowicz, M., & Moser, F. (2016). Can gender-fair language reduce gender stereotyping and discrimination?. Frontiers in psychology7, 25.



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