"PGS en Sanidad Pública, otra forma más de desprestigar la Psicología", de Victoria (estudiante PIR)

 Seguramente me encuentre sesgada, ya que ahora mismo me estoy preparando el PIR, pero creo que la inclusión de lxs PGS no es la solución al problema que atraviesa la salud pública. Un psicólogo clínico, una vez termina los 4 años de residencia, es un facultativo independiente en el hospital, al mismo nivel que un médico o un enfermerx especializadx. En la práctica, la figura del psicólogo se encuentra totalmente subordinada a la del médico, ya sea de atención primaria o psiquiatra. Este es el que decide si la persona requiere intervención psicológica, diagnóstico y demás. Ya me dirás qué sabe de intervención psicológica un médico que se ha limitado a estudiar modelos explicativos psicodinámicos durante la carrera.

La entrada de lxs PGS en atención primaria seguiría promoviendo dicho rol de dependencia, ya que este no actuaría como facultativo independiente. Al igual que no se contratan médicos sin una especialidad (ni siquiera para médico de cabecera), no se debería suplir la falta de plazas en psicología pública con pseudopuestos a los que acceder con una formación que no corresponde. 

A bote pronto se me ocurren dos soluciones (y las dos pasan por el aumento de plazas de psicología clínica):

1. Reestructurar la carrera de Psicología para que sea homóloga a Medicina (es decir, con una vertiente enteramente clínica). Está opción me parece pésima porque el comportamiento humano comprende muchas más áreas que la clínica y porque se avalaría el sistema biomédico como única forma de intervención sobre las psicopatologías.

2. Reestructurar el papel de la psicología clínica dentro del Sistema Nacional de Salud para que está tenga independencia de facto. Es decir, al igual que existen diversas especialidades dentro de la medicina, se debería crear especialidades dentro de la psicologia clinica que dependiesen directamente de un psicólogo de atención primaria (o psicólogo de cabecera) que decidiese sobre qué área sería más conveniente intervenir y qué especialista sería necesario.

3. Abogar por un sistema de intervención comunitario y sistémico para salir del bucle biomédico en el que está metida la sanidad española. Pero este ya es otro tema.

Tal y como están ahora las cosas, un PGS no se encuentra habilitado para ejercer en la pública, no por su falta de habilidades y herramientas (mucho mejor que te atienda unx psicólogx formadx que unx enfermerx o médico que no sabe nada de conducta humana), si no porque esto provocaría una dependencia del médico (mas todavía) y una infravaloración de la práctica clinica en psicología.



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